martes, 25 de agosto de 2009
Ver y hacer, como la vida misma
Se trata probablemente de uno de los anuncios más buenos y más reales, que he visto hasta ahora en mi corta vida.
Mirad más allá de la pantalla, o no servirá de nada.
domingo, 14 de junio de 2009
La caja tonta
Primeras alternativas al periódico de siempre
¿Salvará el Kindle DX a la prensa?
Amazon crea un dispositivo de 9,7 pulgadas para leer el periódico electrónico
En esta época, los periódicos son "una especie en peligro de extinción". Los lectores ahora se deleitan con "la potencia, la eficiencia y la elegancia tecnológica" de la información en Internet. No sólo los periódicos correrán esta suerte. Lo mismo sucederá con la radio y la televisión, engullidos por la enorme fuerza de la Red de redes. El autor de estos presagios es el senador John Kerry, que el miércoles pasado testificó en el Senado de EE UU, donde se analizaba el futuro de la prensa en una época difícil.
Puede, sin embargo, que Kerry esté equivocado. Puede que los diarios no mueran y que el futuro desemboque en nuevos dispositivos que ahora están en fase de pruebas. La semana pasada, la empresa online Amazon ha presentado su nuevo gran producto, un libro electrónico de la familia Kindle, el DX, que más parece un periódico, por el tamaño de su pantalla.
El Kindle DX, cuesta 489 dólares (365 euros) y supone la semilla de una posible revolución para los editores de periódicos, según los expertos. Evita costes de papel y de distribución. Con esta pequeña pantalla plana, los diarios pueden llegar a cualquier rincón con un solo clic. El nuevo Kindle accede a Internet a través de una conexión 3G que permite bajar contenidos sin tener que engancharse a un ordenador o buscar redes inalámbricas. Puede reproducir gráficos y fotos, en blanco y negro, de excelente calidad. Una hoja de diario cabe perfectamente en su pantalla de 9,7 pulgadas.
"El Kindle de Amazon tiene un arduo trabajo por delante: salvar a la industria periodística", tituló el jueves el diario Los Angeles Times. Amazon ha firmado ya un contrato con las editoras de The Washington Post y de The New York Times para distribuir sus ediciones así. "Ofreceremos una suscripción a través del Kindle DX a lectores que vivan fuera de nuestras áreas de distribución, para que puedan disfrutar de sus diarios favoritos", dijo Arthur Sulzberger Jr., presidente de The New York Times Company.
El Post, el Times y el Boston Globe ofrecerán el Kindle a un precio reducido a cambio de suscripciones a largo plazo. Inauguran así un nuevo modelo de negocio basado en el de la telefonía móvil: la empresa vende un terminal barato a cambio de un compromiso de permanencia de hasta 24 meses. Así es como se han vendido casi 20 millones de iPhones en el mundo.
Rupert Murdoch, hombre de negocios de olfato certero, ha visto el filón. Buscará la forma de competir con Amazon en lugar de ceder los derechos de sus diarios a esta empresa.
Según el The New York Post, un nuevo equipo directivo designado por Murdoch "está trabajando en la creación de un dispositivo de uso fácil, similar al Kindle de Amazon, para distribuir información de los diarios de News Corp, como el The Wall Street Journal, el londinense The Times y The New York Post, así como contenido cinematográfico y televisivo". En su día, cuando Murdoch compró el Journal, pensó en ofrecer su contenido de forma gratuita a través de la Red. Pero pronto rectificó. "Cambió de opinión tras darse cuenta de que una vez eliminados los ingresos de las suscripciones online sería imposible recuperarlos", publicó el Post.
Ése es el gran dilema de Internet, un medio en que los usuarios rehúsan pagar por una información que para las empresas sigue siendo costosa de producir. Y, como en todos los modelos de negocio, todos quieren una tajada. En el mismo subcomité del Senado en el que Kerry vaticinó el fin del periodismo actual, el editor del The Dallas Morning News, James Moroney, se quejó de que Amazon exigía a los periódicos unas condiciones draconianas. "El Kindle es un dispositivo maravilloso, el mejor negocio que Amazon puede darle a The Dallas Morning News", dijo. "Hemos negociado esto hasta hace dos semanas. Ellos quieren el 70% de los ingresos por suscripciones. Y se guardan el derecho de reproducir nuestra propiedad intelectual en cualquier dispositivo portátil. ¿Es ese el modelo de negocio para nuestros diarios?". Moroney no sabía la respuesta, como no la sabían los senadores y empresarios reunidos en el Senado.
La crisis en EEUU cierra ya más de 120 periódicos
DALLAS, Estados Unidos, mar. 23, 2009.-
Cuando menos unos 120 periódicos han cerrado en Estados Unidos en los últimos 15 meses, ante la grave crisis económica que afecta al sector. De acuerdo con Paper Cuts, un sitio en internet orientado a monitorear la industria del diarismo en este país, desde enero de 2008 más de 21.700 empleos se han perdido por los cierres y los recortes registrados en otros 67 periódicos.
La actual recesión económica ha venido a acelerar el prolongado y lento declive de los diarios estadounidenses, afectados por los nuevos modelos de distribución de noticias a través de Internet y otros medios electrónicos.Los periódicos operan desde hace al menos tres años en una atmósfera de incertidumbre y temor ante la continua caída de ingresos por falta de anunciantes.
De acuerdo con fuentes de la industria, los diarios del país registraron en 2008 una caída de casi 25 por ciento en sus ingresos para un total en ventas de 38 mil millones de dólares, un declive de casi 12 mil millones de dólares en relación a 2005. La reducción en ingresos ha conducido a la quiebra a grandes compañías periodísticas como Tribune, que publica Los Angeles Times y el Chicago Tribune.
La situación podría empeorar en las próximas semanas conforme los periódicos se enfrentan al reto de un cambio de hábito del lector y de un éxodo de anunciantes que sigue dichas preferencias. Según analistas de la industria, los periódicos están siendo cada vez menos atractivos para el consumidor estadounidense, especialmente para los lectores jóvenes que prefieren acudir a internet como su fuente de noticias. Algunos advierten incluso que no tardará mucho en que alguna de las grandes ciudades estadounidenses se quede sin tener diario matutino de relevancia.
Se estima que para finales de 2009 ya no quedarán ciudades que cuenten con la circulación de dos periódicos importantes.
Este lunes el periódico The Ann Arbor News, que se publica en Michigan, anunció que publicará su última edición en julio próximo, para ser remplazado por un portal en Internet, con lo que sigue los pasos del Seattle Post Intelligencer, que cerró la semana pasada.
Otros tres periódicos en Michigan, The Flint Journal, The Saginaw News y The Bay City Times, anunciaron también este lunes que recortarán sus ediciones a sólo tres días a la semana, en una modalidad que está siendo adoptada cada vez por más periódicos para ahorrar costos y tratar de sobrevivir. Además The Charlotte Observer, que se publica en Carolina del Norte, informó este lunes que recortará al 14.6 por ciento de sus empleados y reducirá los salarios del resto de sus trabajadores para mantenerse en operación. Ejecutivos del periódico The Tucson Citizen, que se publica en Arizona, han advertido a sus empleados que el diario podría cerrar en caso de no encontrar pronto un comprador que le inyecte capital.
El San Francisco Chronicle registra una situación similar y se teme su posible cierre. En caso de que así sea, San Francisco sería la primera ciudad en Estados Unidos en quedarse sin ningún diario importante.
Otros periódicos como The Atlanta Journal-Constitution y el Boston Globe están perdiendo dinero al ritmo de un millón de dólares por semana, de acuerdo con el Centro Pew para la Excelencia en Periodismo.
La crisis del papel se nota en España
La crisis también llega a las empresas periodísticas. Sobre todo, a los grupos con grandes intereses en la prensa de papel, que han visto como el cierre de 2007 y, fundamentalmente, el primer trimestre de este año han castigado su facturación por ingresos publicitarios. Un reciente estudio Zenith, a través de un panel formado por directivos de los departamentos comercial y de marketing de los principales grupos de medios españoles, ya lo auguraba.
La constatación de la crisis llegó con la publicación ayer de los resultados del grupo noruego Schibsted, editor del gratuito 20 Minutos, el diario con mayor en difusión en España (2,6 millones de lectores). Después de años de vertiginoso crecimiento, el primero de los datos negativos del rotativo hace referencia a las pérdidas operativas registradas durante el primer trimestre (1,7 millones de euros) de 2008, provocadas por la caída de los ingresos publicitarios un 13%.
Aun así, 20 Minutos se permite algo de optimismo ya que, según sus datos, la caída media de la inversión publicitaria en la prensa de papel en España es del 20%. No sorprende, por tanto, que otro gratuito como el diario Qué!, propiedad del grupo Vocento, que pagó cerca de 120 millones de euros a Recoletos por su adquisición, haya registrado unas pérdidas de 3,2 millones de euros en el primer trimestre. De hecho, la venta de la cabecera se produjo cuando todavía acumulaba números negativos.
Las cuentas de Metro no van a la zaga de sus competidores. Los ingresos del grupo cayeron un 6,1% en el primer trimestre de este año, con su cabecera española, instalada en tercera posición del mercado gratuito, como una de las de peor comportamiento, con una pérdida de facturación del 19% en los primeros tres meses. Además, a diferencia de sus competidores, su versión online no está desarrollada como las de otras cabeceras de papel, de pago o gratuitas.
Ayer lunes, sin embargo, fue noticia la compra por parte del noruego Schibsted de un 35% de su competidor sueco Metro, un movimiento que puede dar lugar a una próxima fusión entre los dos principales editores de prensa gratuita del mundo. Tras años de expansión llega el momento de consolidación entre cabeceras gratuitas, a pesar de que su negocio editorial va más allá de la prensa gratuita, ya que sus intereses se extienden por el negocio de anuncios clasificados y las ediciones digitales.
‘El Mundo’ y ‘El País’ tampoco escapan a la crisis
La semana pasada, Unedisa puso sobre aviso su plantilla sobre la mala marcha con la que ha comenzado el año. El grifo de los ingresos publicitarios se ha cerrado y el director del diario El Mundo, Pedro Jota Ramírez, reunió a todos sus redactores jefes para trasladarles las malas perspectivas que se avecinan. Como no puede ser de otra manera, este comentario se ha convertido en la comidilla dentro de la plantilla, que teme posibles recortes de gastos vía ajustes de plantilla.
En el caso de Unedisa, el apalancamiento asumido por Rizzoli para la compra de Recoletos carga de presión los resultados de su filial española, que tras desembolsar cerca de 1.000 millones de euros (cuando el mercado del crédito estaba aún barato), tiene ahora difícil cumplir con los resultados que rentabilicen esa inversión. Según fuentes del mercado, la filial española ha computado resultados negativos en el primer trimestre, como ocurrirá en los próximos trimestres, a causa de la compra, contexto que dará cobertura para la presentación de un expediente de regulación de empleo.
Los números en la vecina Prisa no son mucho mejores. Con una deuda total de 5.000 millones, debido a la oferta de compra presentada sobre el porcentaje que no controlaba de Sogecable, el grupo editor del diario El País , que crece en facturación y difusión, ha puesto a la venta tres de sus edificios corporativos, a pesar de que el mercado inmobiliario está bloqueado, para sanear su situación financiera y reducir el monto en 250 millones.
En el caso del diario Público, sus números son un misterio. Sometido recientemente al escrutinio de OJD, el diario promovido por Jaume Roures cuenta con una difusión que le deja todavía lejos de las principales cabeceras nacionales. Además, para respiro de Prisa, su llegada no ha tenido un impacto negativo a corto plazo en sus cuentas. Como explicó recientemente Juan Luis Cebrián, "la inversión publicitaria –en Público- ha caído vertiginosamente, pasando de insertar entre 16 y 19 anuncios los primeros días, hasta los 4 ó 5 que incluye actualmente".
Dado que todavía no lleva un año en marcha, se desconocen las cifras globales del proyecto lanzado por Roures. Fuentes del sector estiman que, teniendo en cuanta la inversión necesaria para lanzar desde cero un diario, el primer año de Público puede llegar a suponer unas pérdidas próximas a los 20 millones de euros. Además, su página online no se ha convertido en una alternativa o complemento a la versión de papel, ahora que este sector consigue atraer a los anunciantes.
Sólo Internet resiste el tirón
Los otros tres grandes grupos editoriales españoles con intereses en prensa diaria tampoco atraviesan por buenos momentos. En el caso de Zeta, cuya venta lleva encallada desde finales de 2007, las pretensiones del vendedor, Antonio Asensio, no se corresponden con las ofertas presentadas por los posibles interesados. Respecto a Planeta, ni su cabecera La Razón ni su gratuito ADN han conseguido reducir distancias con sus competidores, quedando estancados en el medio de la tabla. No sorprende, por tanto, que en el actual entorno,José Manuel Lara haya sido uno de los interesados en la puja por Zeta.
Las expectativas de crecimiento del gasto publicitario en medios para este año se han rebajado a un mínimo 3,8%. Sin embargo, para el segmento de la prensa de papel no habrá revisión. Del repunte del 4,2% previsto en febrero, en sólo dos meses quedó ya ajustado a un ínfimo 0,3% en abril. Solo Internet, que parte de unas cotas muy inferiores, resiste el tirón, con una estimación de crecimiento superior al 20% para este año.
martes, 19 de mayo de 2009
Primeras fusiones entre empresas informativas tras el comienzo de la crisis
El diario EL PAÍS y el grupo dominicano Multimedios del Caribe han suscrito un acuerdo de colaboración editorial para la distribución de ejemplares y la comercialización de espacios publicitarios. La alianza entre ambas empresas recoge "el deseo" común de hacer extensiva esta colaboración a otras áreas de negocio comunes como son la televisión, la radio o Internet, según anunció ayer el Grupo PRISA (editor de EL PAÍS) en un comunicado.
lunes, 18 de mayo de 2009
Cómo llegar a la Casablanca mediante un ordenador
"La campaña de Barack Obama fue innovadora de principio a fin. No sólo por el uso de los medios sociales en Internet sino por la capacidad que éstos tienen para conectar a la gente entre sí. La tecnología cambia nuestro comportamiento, pero sobre todo fortalece las relaciones", asegura Rahaf Harfoush. Esta joven siria de 25 años lo dejó todo para vivir "la mayor experiencia de mi vida" durante los meses que duró la campaña del candidato demócrata a la Casa Blanca y hoy presidente de EE UU. Afincada en Toronto, Harfoush llevaba a cabo un estudio sobre el impacto de las redes sociales entre los jóvenes cuando fue "fichada" para coordinar a los voluntarios en Internet desde el cuartel general del candidato en Chicago. "Éramos entre 30 y 60 personas, según la época. Éramos una mezcla de profesionales y voluntarios. Unos venían por dos semanas. Otros nos quedamos tres meses. Lo que más me sigue sorprendiendo es que tanta gente como yo fuera capaz de dejarlo todo (casa, trabajo...) para vivir esta situación".
domingo, 10 de mayo de 2009
El futuro de la prensa
Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación". Así arranca la novela Historia de dos ciudades, de Charles Dickens, el periodista más famoso de todos los tiempos. La trama del libro, escrito en 1859, se desarrolla durante la Revolución Francesa. Dickens, que trabajó en media docena de periódicos, podría haber escrito las mismas palabras hoy sobre la revolución de Internet. La irrupción de la world wide web en el antiguo imperio del periodismo ha provocado incertidumbre y confusión, sin que nadie tenga muy claro si la toma de esta Bastilla debe de ser motivo de esperanza o de desesperación. El consenso sólo existe alrededor de una gran contradicción: que vivimos en el mejor de los tiempos para el periodismo, y también en el peor.